Discurso de Alejandro Maldonado Aguirre juramentado presidente de Guatemala

Published by Notas Periodisticas on 3 September 20153 September 2015

Notas Periodísticas, Nueva Era. Edición CDXVIII.

Guatemala, jueves, 3 de septiembre de 2015. Por Julio Trejo Pineda. 17:00 UTC -06:00.

Alejandro Maldonado Aguirre fue juramentado como Presidente de Guatemala, en ceremonia, esta tarde, en el Congreso de la República.

Maldonado Aguirre fungirá en el cargo, del tres de septiembre de 2015 al 14 de enero de 2016.

Su discurso (Audio, 10:59 minutos, captado de Guatevisión).

^{Su juramentación y discurso, en fotos, tomadas de Guatevisión.}

Texto de su discurso

Señor presidente del Congreso de la República, diputado Luis Rabbé.

Señores diputados integrantes de la Junta Directiva del Congreso de la República.

Señoras diputadas y señores diputados al Congreso de la República de Guatemala.

Excelentísimos jefes de misiones diplomáticas.

Miembros de la Prensa nacional e internacional.

Pueblo de Guatemala.

La renuncia del cargo del Presidente de la República, que la ha formalizado conforme dispone el artículo 165, inciso c, de la Constitución Política, aceptada por este honorable Congreso, ha dado curso a la sustitución recaída en mi persona.

Esa renuncia del presidente ha sido una decisión personal, indudablemente muy difícil, que él valoró, en su dimensión de separar la dignidad del cargo, de la responsabilidad individual.

He prestado el juramento de fidelidad a la Constitución, y de ello asumo, no sólo ese solemne compromiso institucional, sino también un voto de coherencia que lo vincula a las ciudades de toda la Nación guatemalteca.

En la comparecencia que tuve ante esta asamblea, cuando se le dio el trigésimo aniversario de la Constitución Política de la República, expresé mi esperanza en que, como guatemaltecos, podemos recuperar nuestra democracia con sus valores sustantivos.

Nuestro pueblo ha sido protagonista de grandes momentos de cambio y conmoción de las instituciones, movilizado por su disgusto con esquemas descompuestos que lastimaron la sensibilidad pública.

El proceso de deterioro fue progresivo, de forma que la promesa original que previeron los fundadores fue sorteada, paso a paso, por ineficacia de las leyes y sus operadores.

Esta realidad impone, con apremio, que se hagan las correcciones inmediatas que parten necesariamente y siempre de un auto contenido moral, que no está marcado en los códigos sino en la conducta de los individuos.

Es necesario entender, con la vehemencia de lo urgente, que en lo que resta de este año histórico haya respuesta positiva a una clamorosa demanda de presencia y participación.

El nuevo Gobierno debe surgir con la necesidad de inspirar confianza y convocatoria ciudadana, abriendo lugares para el servicio público, a gentes maduras y de experiencia, así como a jóvenes profesionales y activistas sociales.

En particular, la presencia de nuevos actores sociales es oportuno para que esos jóvenes no se rindan ante la vida, ni que se jubilen del conocimiento; estos valores deben saber que su cultivo intelectual y moral no terminó con la experiencia de estas semanas de lucha; no pueden dar por finalizada su tarea y su meta es forjar ese humano nuevo del que pueda asegurarse su mente clara, su corazón bien puro y sus espaldas anchas.

Reitero que esta generación que se alzó con los símbolos de la paz en la mano, no puede ni debe estancarse en las rutinas, ni acumularse a sistemas que, sin vigilancia y cautela, pueden recaer en el proceso de su descomposición.

A estas mujeres y hombres, que han volcado su energía para denunciar y reclamar, es también un desafío que trasladen esa vitalidad cívica al servicio público, siquiera sea para dejar constancia de que la ética es coherente en la función de gobernar unos cuantos meses. Pero pocos significativamente como ejemplo de decoro, dignidad y entrega.

Creo interpretar los signos de los tiempos y esto demanda el establecimiento de un nuevo Gobierno.

Pediré a todos los ministros, comisionados y altos funcionarios, que se sirvan poner a disposición sus cargos, pues para hacer las sustituciones necesarias que encajan con ese gobierno transitorio de ejemplaridad, para el cual solicitamos a todos los grupos sociales que hagan propuestas idóneas, de las cuales agradeceré nos acompañen sus miembros más ilustres y significados.

Desde luego, la disposición de dejar los cargos actuales no prejuzga ni descalifica a nadie, porque no son pocos a quienes la Patria ha de agradecer sus desvelos.

En los casos en los que encontremos deslealtad a los deberes de decencia, tendremos que cumplir con nuestra obligación de denunciar, para que operen los mecanismos de sanción pública.

Las condiciones actuales de las finanzas del Estado tienen indicadores preocupantes porque los recursos no son, en lo mínimo, suficientes para dar cobertura a las necesidades apremiantes de nuestra sociedad que requieren atención inmediata de suministros básicos, de salud, educación, justicia y seguridad, sin los cuales un Estado no cumple sus índices elementales.

Esto lo sabemos, pero no podemos entender que ocurran en un territorio pródigo con la naturaleza; pero es una realidad y un desafío el cual se ocupan ahora los ideólogos políticos que, en su tiempo, tendrán que responder con prontitud y con acierto; nosotros trataremos de hacer lo nuestro, dejando un legado de honestidad y desvelo como parte de la responsabilidad que asumimos.

Somos un país que ha estado vigente en la observación de la prensa internacional a esos mundos externos que han valorado la movilización brillosa de los guatemaltecos y en momentos delicados de la situación, queremos notificar que mantendremos las mejores relaciones basadas en las reglas del respeto y de la cooperación mutuos.

Hemos vivido una intensa jornada de reivindicaciones populares.

Los guatemaltecos se manifestaron en defensa de sus valores, y acudieron a la protesta civil como signo de inconformidad y como anhelo de que no se repitan actos ominosos.

Debemos cuidar, a pesar de ese desagrado colectivo, de que la inconformidad pudiera degenerar en expresiones de odio, porque el odio no es un derecho.

Grandes civilizaciones se han visto por veces empañadas por alentar rencores ideológicos o raciales, que luego desataron violencia y destrucción; así que es sano tener presente que se debe juzgar sin ningún rencor.

El pueblo demuestra que, a pesar de su indignación y agravio, supo conducir su protesta con los mejores símbolos de la paz y la piedad cristianas.

Esa fue su mejor respuesta que ha colocado a los guatemaltecos como un pueblo enérgico incansable dotados de virtudes ejemplares.

Con esa confianza concluyo este mensaje con unas palabras de Espedal, que hago mías:

Adiós amigo. Intenta no ocupar tu vida en odiar y tener miedo.

Las repito: Adiós amigo. Intenta no ocupar tu vida en odiar y tener miedo.

Muchas gracias.

^{(Discurso extractado -s.e.u.o- del audio de la transmisión, en directo, de Guatevisión)}

Después, en conferencia para la Prensa, Maldonado Agurre dijo que propondrá al Congreso de la República, a Gabriel Medrano Valenzuela, Juan Alfonso Fuentes Soria y a Raquel Zelaya para ocupar el cargo de Vicepresidente de Guatemala.