Hace 137 años que José Martí llegó a Guatemala

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Notas Periodísticas, Nueva Era. Edición CCCLXXXI.

Guatemala, 25 de marzo de 2014. Por Julio Trejo Pineda. 22:30 UTC -06:00.

Hoy se cumplen 137 años que José Martí llegó a Guatemala “…un ciudadano cubano, que desde muy joven conoció el rigor de las autoridades colonizadoras… llegó (soltero) a tierras guatemaltecas el 25 de marzo de 1877…” escribió el periodista -miembro de la APG- J. Israel Pérez P., en su artículo “Las Revoluciones Guatemaltecas” publicado en la Revista APG, Edición 116.

“Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y la violencia, nada construyen, porque sus cimientes son de odio” –José Martí-  es la frase que destaca en el artículo citado del escritor J. Israel Pérez P. autor del libro ´José Martí en Zacapa´ publicado en  junio de 2001.

Portada del libro "José Martí en Zacapa"

Portada del libro “José Martí en Zacapa”

De José Martí, nacido José Julián Martí Pérez (La Habana, Cuba, 28 de enero de 1853 – Dos Ríos, Cuba, 19 de mayo de 1895) cita Wikipedia: “Su influencia en los cubanos es grande. En general es considerado por sus compatriotas como el principal modelador de la nacionalidad cubana tal como la conocemos hoy. Su prestigio se refleja en los títulos que popularmente se le conceden. «El apóstol de la independencia» y «el maestro» son los más usados.

Aquí recordamos su poema “La niña de Guatemala” (1891).

Quiero, a la sombra de un ala, contar este cuento en flor: la niña de Guatemala, la que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos; y las orlas de reseda y de jazmín; la enterramos en una caja de seda…

Ella dio al desmemoriado una almohadilla de olor; él volvió, volvió casado; ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas obispos y embajadores; detrás iba el pueblo en tandas, todo cargado de flores…

Ella, por volverlo a ver, salió a verlo al mirador; él volvió con su mujer, ella se murió de amor.

Como de bronce candente, al beso de despedida, era su frente -¡la frente que más he amado en mi vida!…

Se entró de tarde en el río, la sacó muerta el doctor; dicen que murió de frío, yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada, la pusieron en dos bancos: besé su mano afilada, besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer, me llamó el enterrador; nunca más he vuelto a ver a la que murió de amor.
(poemas-del-alma.com)


enp.jtp. Actualización reciente: 25 de marzo de 2014. 22:50 UTC -06:00.